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El Hotel

El jardín de Carrejo es un hotel con encanto de tres estrellas, miembro del Club de Calidad de Cantabria, situado en Carrejo, municipio de Cabezón de la Sal. El hotel tiene una posición estratégica para poder visitar toda la región ya que se encuentra entre el valle de Cabuérniga y el Parque Natural Saja-Besaya en el interior, y la Costa donde se situa el Parque Natural de Oyambre, San Vicente de la Barquera y Comillas.
La finca goza de 30.000 m2 de jardín, con un edificio principal de piedra que data de 1881. También hay un edificio construido en 2005 en donde se sitúan dos nuevas suites. En total disponemos de 12 habitaciones: 8 dobles, 2 Junior Suites y 2 Suites en el jardín. . El jardín es una parte importante del hotel, un lugar ídilico que alienta a pasear entre sus 85 especies diferentes de árboles.

Ven a disfrutar de unas vacaciones diferentes rodeado de naturaleza. Ven a descansar, disfruta del silencio y la tranquilidad. Y si lo que prefieres es estar activo participa de las actividades que hemos preparado para ti. Estamos en un lugar privilegiado muy cerca del mar y del bosque. Un lugar ideal para realizar excursiones.

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ACTIVIDADES Y EXCURSIONES

No hay pie al aburrimiento, ya que el hotel ofrece numerosas actividades, dentro y fuera de él. La ubicación del hotel es idónea para poder visitar los puntos de interés que se encuentran cerca de la situación del mismo, como Santander con su recién estrenado Centro Botín, Picos de Europa, Cuevas de Altamira, o El Soplao. El propio hotel puede gestionar la reserva de dichas actividades.

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UN POCO DE NUESTRA HISTORIA

Hace más de un siglo El Jardín de Carrejo no era lo que normalmente se entiende por jardín, a no ser que consideremos plantas ornamentajes las patatas, las judías, coliflores, tomates... y casi cualquier cosa que se pueda comer. Solo estaba ajardinado el terreno que rodea a la casa por el sur, el este y la orilla del rio. Lo demas era huerta. Además en el edificio que hoy es hotel había siempre los mismos huespedes: quince o veinte vacas frisonas y un par de tudancas para tirar del carro, uno de aquellos carros estilizados con ruedas celtas que apenas habian cambiado desde la edad media. Siempre bajo los mismos propietarios la casa se rehabilitó como residencia hacia los "felices años veinte". Las fotografias de los años siguientes estan llenas de niños subidos a un burro, un árbol o una bicicleta; niños que -milagrosamente - pudieron seguir sonriendo tras pasar toda la guerra mundial en Manila, donde tenia su origen el patrimonio familiar desde hacia varias generaciones.
La decisión de convertir en hotel todo el ala norte- cuadra y pajar- al tiempo que se transformaba en jardín todo el area de huerta y pradera fué una autentica empresa colectiva de la familia, incluidos el proyecto arquitectonico, la dirección de obra y el paisajismo. Aún se conserva el edificio del generador electrico,"la fabrica de luz" con parte de su maquinaria. Y los grandes estanques de piedra que fueron criadero de truchas, cuyas biznietas aún pasan por aqui de vez en cuando, como alma que lleva el diablo... por si acaso.
Somos, en cierto modo, descendientes de indianos, y aunque ya no hacemos "las americas" en Filipinas trabajamos para conservar nuestro –y de ustedes–.

Texto del tío Gonzalo

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